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Una maravilla del mundo

Ene 3, 2020 | 2020, Crónicas

Mauricio López Rueda

Cañón de Chicamocha es un destino inevitable

Considerado como uno de los lugares turísticos más majestuosos de Colombia, el Cañón de Chicamocha es un destino inevitable para los viajeros de todo el mundo, por lo cual se encuentra en la lista de sitios candidatos a la lista de las Siete Maravillas del Mundo. 

Hasta allá se desplaza en esta ocasión Manuela Tejada, para un capítulo más de Vuela Con Vos. 

La presentadora viaja por la aerolínea EasyFly, desde el Olaya Herrera, y el vuelo se tarda apenas 45 minutos hasta el aeropuerto Palonegro de Bucaramanga, capital santandereana ubicaba a 50 minutos en carro del Cañón. 

La primera visita de Manuela es a la Ecoposada Villa de Aldana, en la Mesa de los Santos, donde conoce a un extraordinario personaje, Rafael Aldana, un avis raris de la ingeniería, quien se presenta como “el campesino constructor de aviones de Santander”, porque en verdad construye aviones, y yates, y helicópteros. 

Rafael es dueño de la Ecoposada, una casa hacienda gigantesca con un patio central esplendoroso. 

Junto a él, Manuela conoce un poco de la flora que habita la parte montañosa del Cañón, algunos cactus y hierba pequeña, pues debido al piso térmico es poca la vegetación que crece en ese lugar. 

Aunque Santander es un departamento histórico y con muchos lugares para conocer, es indudable que en el Chicamocha se resume gran parte de toda esa historia, y por eso es el destino más adecuado para Vuela Con Vos. 

La temperatura del Cañón fluctúa entre los 11 y los 32 grados centígrados, entre el día y la noche. Se encuentra localizado a una altura de 1.450 metros sobre el nivel del mar.

Por el Cañón pasa el río Chicamocha que lo recorre por el fondo de la falla, para confluir con los ríos Fonce y Suárez y formar luego el río Sogamoso, que llega hasta Boyacá. Este Cañón es más profundo que el famoso Cañón del Colorado, pues tiene un promedio de dos kilómetros de profundidad, aproximadamente, y 227 kilómetros de largo.

Después de maravillarse con el paisaje de la hacienda de Rafael Aldana, a Manuela la espera una experiencia inolvidable en el Parque Rocas de la Mojarra, en la Mesa de los Santos. Allí se encuentra con Jesús, un guía de escalada que le cuenta que en La Mojarra hay rocas de más de 20 metros de altura hasta con 90 grados de inclinación, y que por esos parajes ancestrales, por donde deambulaban los indios guanes, hay unas 300 rutas de escalada.

No conforme con la información, Manuela se resuelve a subir una roca, no sin antes ponerse los elementos de protección: zapatillas, casco, riata, guantes y arneses. La presentadora logra domar la roca y vence sus propios miedos, demostrándose a sí misma de lo que es capaz. 

Una vez en tierra se va para el Parque Nacional de Chicamocha, el cual abrió sus puertas al público en 2007. En la Plaza de las Banderas se encuentra con Jorge Monroy, un artista que evoca el excelso cancionero de Santander mientras toca una fina guitarra acústica.

Junto a él, Manuela canta ‘Los caminos de la vida’ y se entera del recorrido del teleférico, de unos 6.3 kilómetros desde la montaña hasta el río. Manuela come hormiga culona, aprende más sobre los guanes que habitaron la Mesa de los Santos, el río Chicamocha y el río Suárez, y en compañía del guía Gonzalo Rodríguez conoce otras formas de divertirse y pasar el tiempo en ese destino ecoturístico.

Luego de un poco de tirolesa, Manuela vuelve al Parque Nacional de Chicamocha y va al Museo Guane. Luego visita el monumento a los Comuneros, una obra magistral de 34 piezas, entre las que sobresale la imagen de Manuela Beltrán. La obra fue construida por el artista manizaleño Guillermo Vallejo Vargas, le cuentan, en honor a esos campesinos revolucionarios de El Socorro.

Más adelante, la presentadora se da gusto con la comida autóctona de la región, como el mute y la pepitoria, que es una mezcla de arroz con las vísceras del cabro. 

Después de un sereno viaje en boogie en una pista de un kilómetro, Manuela nos cuenta que Chicamocha, en lengua guane, quiere decir ‘Hilo de plata en noche de luna llena’, tras lo cual se sienta un momento a respirar en ese extenso paisaje, para finalizar columpiándose antes de volver a casa. Así termina uno de los mágicos capítulos de Vuela Con Vos. 

 

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