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Con ritmo y corazón africano

Nov 7, 2019 | 2019, Crónicas

Mauricio López Rueda

 

El inconmensurable artista Tom Diakité, uno de los músicos más influyentes del mundo, cuando pasó por nuestras instalaciones puso a bailar a Medellín con su jazz suave.

Gracias al Festival MedeJazz 2019, los medellinenses tuvimos  la fortuna de conocer y escuchar a uno de los grandes músicos africanos de todos los tiempos, Tom Diakité, un artista ecléctico que nació en la comuna de Filadougo Barkaya, en Mali, país africano que recientemente pasó por una cruda guerra que duró cerca de dos años.

Tom fue testigo de ese conflicto, desde la distancia que le permitió ser músico, arte que desarrolló desde muy pequeño, cuando siendo huérfano, se trasladó a vivir a Abidján, en Costa de Marfil.

Fue en 1973 cuando dejó atrás su terruño, aunque siempre llevó en la memoria sus valles, sus ríos y sus montañas. En 1978 grabó un sencillo llamado Bougounika, con el grupo Súper Sama, conformado por el guitarrista Leon Keita de Mali, el vocalista Yousouf Balaké de Burkina Faso y el guitarrista de Guinea Ousmane Kouyaté.

En ese grupo, Tom tocaba lo que hiciera falta, pero además escribía las letras y hacía los arreglos. Era un músico excepcional, y por eso, en 1985, se radicó en París, Francia, ciudad que le abrió los ojos a un mundo repleto de nuevas sonoridades, entre ellas la salsa y el jazz. 

“París me cambió la vida, pero no borró mi identidad. Siempre he sido africano y África está en cada una de mis canciones; en mi piel, en mis ojos, en mis recuerdos”, dijo el artista durante una charla para periodistas antes de su concierto de MedeJazz.

Alejando de los conflictos de los países del septentrión y del Cuerno de África, Diakité conoció a muchos artistas brillantes de la escena europea, lo que le permitió participar en obras de teatro, en bandas sonoras de cine y televisión y, claro, en conciertos y grabaciones. 

Con el guitarrista de Guinea, Kanté Manfila, hizo parte de diversos proyectos y grupos en Francia, todos con algún suceso en los circuitos de bares parisinos. Pero fue hasta principios de los años noventa del siglo pasado cuando pudo grabar otros dos sencillos muy reconocidos: Denia y Hamdalaye.

Toda esa experiencia le sirvió para grabar al lado del legendario rockero francés Johnny Hallyday, y con el grupo Gipsy King, muy popular en el siglo XX por canciones como Volaré. También grabó con un grupo franco español Alma de Noche, en el cual compartió con el guitarrista Malien Mama Sissoko. 

En 1994 grabó el álbum Sida, con el cual buscaba promover la lucha contra ese peligroso virus que arrancó la vida de varios de sus conocidos en África. Ese álbum lo presentó con el sello Label Salsa Center. Luego grabó Bindé, con Label Euphoria, en compañía de dos amigos muy afamados: Toure Kunda y Manu Dibango.

Representó a Francia en el Festival de Eurovision, haciendo dúo con Nina Morato, y tuvo la oportunidad de viajar por toda América mostrando su talento. Tal fue el suceso de su música, que Peter Gabriel le produjo dos álbumes: Nostalgia y Space, dos trabajos muy maduros musicalmente, que sirvieron de preámbulo a Fala, su obra maestra de 2008, el cual tocó casi completo en su presentación en Medellín. 

Pero Diakité no solo es un reconocido artista. También hace parte de diferentes luchas sociales y patrocina una

cantidad inusual de fundaciones. Lucha contra el Sida y en favor de los derechos de la mujer y, donde puede, deja el mensaje de que África existe, de que África es arte y música, y no sólo un continente sumido en la guerra y en la explotación.

“En Colombia también está la huella de África, en sus gentes y en su música, por eso me encantó haber visitado este país, en el cual pude
confirmar que la música es un lenguaje universal”, dijo el maestro Diakité antes de viajar a Europa.

 

Jazzismo antioqueño del más alto nivel

Los músicos antioqueños también hicieron parte del cartel de MedeJazz 2019, y el maestro Weimar Escobar se presentó con su Waes Express Band.

Acostumbrado a los jam session en clubes y emisoras, Weimar Escobar, pianista, compositor y arreglista presentó su maravilloso repertorio en las noches de MedeJazz en el Olaya, espectáculo que, como cada año, es gratuito para el público de la ciudad. 

Con su Waes Express Band, de la cual hacen parte prestigiosos músicos de la ciudad como Néstor Gómez, bajista; Diego Vergara, baterista; Cristian Valderrama, conguero; Yulian Castro, bongosero; Juan Pablo Castaño, trompetista; Wilmar Sánchez, saxofonista; Edward Montoya, trombonista; y John Diosa, trombonista, el maestro Escobar presentó las canciones de su álbum Colors, en el cual se encuentra uno de sus mejores temas: Así no más. 

El público que nos acompañó  pudo gozar de lo lindo con el talento local, lo que dejó claro que el sabor antillano también está mezclado con la sangre colombiana, y que en Antioquia también se puede y se hace buen jazz.

“Hacer parte del Festival es un honor, y presentarse en un espacio gratuito como es el Olaya es una maravilla, porque la fiesta está asegurada”, señaló Escobar, a quien compartió tarima con Tom Diakité, la noche del martes 10 de septiembre.

Por su parte, el miércoles 11, los antioqueños pudieron observar el talento europeo, con el trío suizo Max Mantis, conformado por Lukas Gernet en el piano, Rafael Jerjen en el bajo y Samuel Buttiker en la batería.

Los tres jóvenes europeos demostraron su excepcional capacidad frente a más de cuatro mil personas, y tocaron Entre Le Boeuf y Ode, canciones de su álbum GREEN.

Los Max Mantis son fans de los comics de Marvel y DC, y muchos de sus arreglos están basados en escenas de los héroes y los villanos de esos dos mundos maravillosos. Incluso, por eso se bautizaron Max Mantis, nombre que en realidad quiere decir Maximun Mantis. 

Los Mantis tocaron al lado de la orquesta cubana Familia López – Nussa, que presentó su éxito Isla, una de las mejores
canciones de la onda jazzística.

MedeJazz, en el Olaya, cerró su serie de conciertos gratuitos el jueves 12 de septiembre, con Natanael Ramos de España y los colombianos Cumbia Stars, quienes también lograron que los visitantes del aeropuerto movieran sus músculos al ritmo del piano, la batería y las trompetas. 

MedeJazz fue uno de los mejores momentos culturales que vivimos en 2019. 

 

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